sábado, 28 de diciembre de 2013

Dejar Ir

¿Aceptamos el amor que creemos merecer? ¿Porqué sigo con Andrea?

Soy lógico, analítico, pero también muy sensible, empático, creativo. Se que fui una horrible persona en mi pasado, y eso afectó mi relación con Ángeles. Creí que había llegado limpio con Andrea, pero todavía se filtraron algunas cosas que no nos permitieron empezar bien.

Ella me quiere? Todo apunta a que no. Quizás me quiso, vio en mi un escape de sus problemas. No lo se, fui la novedad en su mundo. Solo por un tiempo.

Se que soy diferente a los demás. En algunas cosas eso es bueno, en otras eso es malo.

Se que ella se asombro porque soy inteligente, chistoso, quizás mi moral redimida le agradó.

Estoy consciente que soy... condescendiente con ella. Si, es inmadura, inexperta, joven. A su edad yo cometí muchos errores, pero le llevo solo tres años de diferencia. Estoy convencido de que algún día ella apreciara lo que fuí, quizás en esta edad no es lo que necesita. Ella no lee mucho, no sabe muchas cosas, es... no lo se, no es curiosa. Quiero creer que cambié eso en ella.

Yo fui dejando de ser lindo paulatinamente. Su indecisión y mi expectación fueron demasiado. Cada vez que cortábamos apagaba un poco más la vela. Y yo esperaba de ella lo que yo quería darle. Se que el amor se trata de dar y no recibir, pero después de año y medio... esperaba algo.

Lo mismo me pasó con Angeles. A ninguna de las dos les nació ser lindas conmigo, salvo contadas ocasiones. Quizás el que esta mal soy yo, o quizás fue casualidad que me tope con dos mujeres terriblemente orgullosas y egoístas.

Yo se, que mi actitud "pedante" como dice ella, fue una respuesta negativa a la falta de asombro que le causaba. Ya no estaba "enamorada" de mi, se perdió esa ilusión, el misterio de como alguien podía ser tan peculiar. Fue cuando descubrió que estoy terriblemente solo, por idiota, porque yo me aíslo. Y eso me hace ser así.

Combinar esa respuesta negativa con su excesivo orgullo, es una bomba. Tanto yo extrañaba que me echara flores, como ella odiaba sentirse tonta. Ese creo que fue mi más grande error. Y esta difícil cambiar eso. Ella es tan orgullosa que no se dejaba corregir, aún sabiendo que estaba mal, y pues... lucho contra ser arrogante.

Su trato se fue haciendo cada vez más y más frío, me seguía cortando, y yo seguía tratado de unirnos, aunque se me saliera esa actitud pedante. Ella estuvo acostumbrada por sus novios anteriores (a lo que se) a que le hicieran todo. Ella como dice, no tiene porque mover un dedo "si no le da la gana", y esa es su excusa para todo. Pero se dará cuenta que esta mal, en el futuro.

Se que puedo ser demasiado tajante, demasiado crudo y realista, pero termino siempre haciendo lo correcto. Ella es idealista, soñadora, romántica (en el sentido filosófico, no romántica como pareja) y chocaba mucho con mi manera tan cuadrada de ver las cosas.

Yo se, que la gran mayoría de las veces hice lo correcto. Y ella odiaba eso. Lo consideraba artificial, porque no hacía lo que quería, si no lo que debía. Quizás tengo que encontrar un balance en eso, pero todo lo hice por ella, para que fuera feliz, y en el camino, me amargué.

Hay algo que de repente se me olvida, pero cuando lo recuerdo me enoja y me puede mucho. Algo que me contó, que no puedo perdonárselo. Porque fue débil, fue tonta, y dejo pasar algo así como así. Me da pena ajena. Me enoja pensar como pudo llegar tan bajo, como su amor propio tocó fondo tan bochornosamente. Y me maldigo por no haber estado ahí, la maldigo por haberme alejado.

Ella no me quiere porque me arruinó, me zarandeó tanto que arruinó todo lo que tenía para ofrecerle, por más que intenté que no muriera. Es como un niño que rompe su juguete y se enoja con el juguete. Sigue jugando con el, y se lastima. Pero culpa al juguete roto por lastimarlo, solo que no lo quiere tirar. Ella no me quiere porque me rompió.

¿Pero yo? ¿La quiero? La verdad ya no lo se. Estoy entumecido, es como un dolor depresivo que aprendes a convivir con el y ya lo ignoras. Cuando me ve bonito, cuando me sonríe, me besa, me dice te quiero, me pone la piel chinita, siento mariposas en el estomago. Cuando no estoy con ella estoy pensando en ella, o en cosas que podría hacer para hacerla feliz.

Aprendí a tenerle paciencia en sus arranques emocionales, algo que jamás pude hacer con Ángeles, y así pude... evitar agrandar el problema. Pero cuando ella se aferra, y me vuelve a cortar... me duele, me enoja, me cansa. Supongo que la quiero, si no no sentiría todas esas cosas, buenas y malas.

No puedo pensar en ella con alguien más. No puedo pensar en ella recordándome con un mal sabor de boca. No concibo la idea de no tenerla más en mi vida. Se que es un proceso natural, y TIENE que pasar porque en algún momento lo quiera o no, VA A PASAR.

Pero ella siempre vuelve, aunque se promete a si misma que no lo hará. Pero ¿porqué la sigo aceptando?

Creo, que aunque quieras a alguien, si esa persona te trata de esa manera, lo sano, lo correcto, es no volverla a aceptar. Creo que la acepto, porque estoy solo, porque prefiero que me trate así a no tener alguien con quien tratar. Y por alguien me refiero a CUALQUIER persona, amigos, familia, novia etc. No soy de los que necesitan tener novia, pero este año fue muy solitario, en cuanto a amistades, y con mi familia nunca he tenido comunicación, así que cuando la única persona que me escucha se aleja, me duele.

Me cuesta creer que fue mi culpa. Se que tuve mis errores, pero ninguno fue demasiado grande como para justificar docenas de rompimientos, faltas de respeto y tratos hélidos.

Andrea fue mi examen sobre lo que aprendí de mis errores con Angeles. Fui el mejor, fui la persona perfecta para ella. Creo que lo que tengo que aprender de Andrea, es a dejarla ir.

Al fin y al cabo, toda la vida esta hecha de momentos de dejar ir.