domingo, 15 de junio de 2014

Caza de Brujas

Durante los últimos años y específicamente hablando del tema del bullying, ha llamado mi atención como los grupos activistas que buscan justicia por una u otra ofensa (como el robo del agua a los yaquis) simple y sencillamente pierden de vista la objetividad de las cuentas que buscan saldar.

Por ejemplo, la semana pasada un caso en Estados Unidos alcanzó un nivel de audiencia calificativo de viral, en el cual dos niñas de 12 años del condado de Waukesha, Wisconsin planearon y ejecutaron el asesinato de una compañera de clases para ganar el favor de Slenderman. ¿Cuál fue la respuesta de las autoridades? Se juzgará a ambas niñas como adultas, por lo cual podrían pasar de 60 a 65 años en prisión. De ser tratado como un crimen juvenil saldrían en libertad a los 25 años.

Por otro lado, hoy se publicó en las redes sociales otro artículo donde relata como un niño de 9 años sufre de “bullying extremo”, habiendo sido abusado sexualmente por tres de sus compañeros, quienes forzaron un palo dentro de su ano, causando una severa depresión y severas infecciones gastrointestinales. ¿La respuesta? Manifestaciones de padres de familia y una denuncia ante el Ministerio Público en contra no solo de los “infantes” sino de la maestra, argumentando que hizo caso omiso del (supuesto) aviso del menor, del cual soy muy escéptico porqué si el artículo mismo describe la severa depresión y actitud antisocial, además de la presión social de sus compañeros, es muy poco probable a mi parecer que el niño alguna vez tuviera el valor de acusar a sus atacantes.

Los padres de familia aseguran temer por la seguridad de sus hijos. Pero, ¿hay motivo para temer? ¿El acto aislado de 3 niños condena al resto del alumnado? ¿Es realmente un caso de bullying? Seamos honestos, la etiqueta de bullying es una tapadera totalmente irrespetuosa e irresponsable por parte de las autoridades y los medios para calificar tales actos. El bullying lo sufrimos todos, en forma de carrilla y es parte natural de crecer en una sociedad, es totalmente normal. Estos actos grotescos de asesinatos y abusos sexuales no deberían ser trivializados con el título de bullying. Los “bullies” deberían ser tratados como criminales y no como niños con desbalances hormonales y desordenes psico-emocionales.

Hoy en día parece que todo es una caza de brujas. Se trata de enjuiciar a todos por todo, menos a los directos culpables por el crimen que realmente cometieron. Francamente cualquier medio que permita la proliferación de esta etiqueta es parte del problema, pues les quita culpa a los asesinos y abusadores. Tenemos que dejar de creer que nuestros niños son inocentes angelitos bajados del cielo, pues a los 6 años ya te saben manejar laptops, iPads y celulares, y son más que capaces de encontrar (voluntariamente) información tan perturbadora y obscena como un mayor de edad. Los niños son personas tanto como nosotros, y negar que son conscientes de sus actos solo permite que se den más horribles casos como el anteriormente mencionado.


Debemos parar con esta cacería de brujas infundada. En el caso del bullying los culpables son nadie más que los niños, no maestros ni directores, y se les debe juzgar como personas conscientes de sus actos premeditados.

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